Donald Trump y su última visita a México, ¿a qué vino?
Un controvertido encuentro entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto en 2016 buscó calmar tensiones, pero dejó abiertas heridas en la relación bilateral por el muro y la retórica antimexicana de Trump.
CIUDAD DE MÉXICO, México.- La sorpresiva visita de Donald Trump a México en 2016 marcó un capítulo tenso y controversial en la relación entre ambos países, especialmente tras la reciente reelección del republicano en 2024.
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En aquel entonces, el candidato, conocido por su retórica divisiva, fue recibido por el entonces presidente mexicano Enrique Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos, un encuentro que tomó a la opinión pública por sorpresa y desató intensos debates.
¿Cuándo fue la última visita de Donald Trump a México?
Corría el miércoles 31 de agosto de 2016, cuando el republicano Trump pisó suelo mexicano. Aquel día sólo se rumoraba que Trump estaría de visita para dialogar con el priista Peña Nieto. Apenas un día antes, el martes 30 de agosto, la presidencia de México informaba de la visita del que en ese momento fuera candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, lo que generó un debate en redes sociales por permitir su llegada luego de las controvertidas declaraciones que dio en diversos eventos de campaña.
Y fue entonces que apenas unas horas antes del evento, medios de comunicación en México y Estados Unidos daban cobertura total a la reunión entre ambos líderes. Los analistas rápidamente señalaron que la visita podría tener tintes de estrategia política tanto para Trump como para Peña Nieto, quien enfrentaba una popularidad en declive. La conversación fue tensa, abarcando temas fundamentales para ambas naciones como la seguridad, el comercio bilateral y el infame muro fronterizo que Trump insistía en que México debía financiar.
¿Se disculpó Donald Trump por los dichos en contra de México?
En la rueda de prensa, Trump evitó disculparse por los comentarios anteriores en los que calificó a los migrantes mexicanos de “criminales y violadores”, lo que dejó un mal sabor entre quienes esperaban un gesto de conciliación. Peña Nieto, sin embargo, aprovechó el encuentro para subrayar la importancia de la relación entre México y Estados Unidos, a pesar de las “profundas diferencias” en temas clave.
El candidato republicano, quien ya hablaba del muro fronterizo como una pieza central de su política, aseguró que el tema de quién pagaría por él no fue discutido durante la reunión, declaración que Peña Nieto luego desmintió a través de Twitter, aclarando que México no pagaría por dicha construcción. Esta contradicción reflejaba la dificultad de encontrar un terreno común.
Esa misma noche, en un discurso en Arizona, Trump retomó su promesa de campaña y reafirmó que México cubriría los costos del muro, echando por tierra cualquier aparente acercamiento. Sus palabras hicieron eco en ambos países, resaltando lo frágil de la diplomacia entre ambos líderes y lo arraigadas que estaban sus posturas políticas.
Peña Nieto, al día siguiente, comentó en una entrevista que había percibido un “cambio de tono” en Trump, sugiriendo que el republicano mostraba mayor disposición para reconocer la importancia de México en términos de seguridad y colaboración regional. La declaración fue interpretada como un esfuerzo por suavizar las tensiones que el mismo Trump había provocado con sus fuertes declaraciones hacia la comunidad mexicana.
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¿Qué razones tuvo Donald Trump para cambiar su discurso?
Al ser consultado, Trump aseguró que los mexicanos en Estados Unidos son “personas maravillosas y trabajadoras”, una visión que contrastaba fuertemente con sus ataques anteriores hacia los migrantes. Este aparente giro, aunque celebrado por algunos, fue visto como un movimiento estratégico para acercarse a votantes latinos y moderar su imagen en plena campaña.
La invitación al diálogo se extendió también a la entonces candidata demócrata Hillary Clinton, aunque esta prefirió no aceptar la invitación, consciente de que una visita en tales términos podría ser contraproducente. En cambio, optó por enfocarse en criticar la postura de Trump sobre inmigración, que había sido un tema central y divisivo.
Durante la conferencia de prensa en Los Pinos, ambos líderes compartieron detalles sobre el diálogo privado que sostuvieron, el cual duró poco más de una hora. Peña Nieto expresó su deseo de aclarar “malos entendidos” y describió la conversación como “abierta y constructiva”, una caracterización que buscaba mitigar las críticas de quienes rechazaron el encuentro desde su anuncio.
Trump enfatizó su disposición a mantener respeto hacia las comunidades mexicanas, aunque subrayó que aún mantenía reservas sobre algunos aspectos de la relación bilateral, especialmente en temas de seguridad y control fronterizo, donde prometía mano firme. Estas declaraciones mostraban su intención de buscar un equilibrio entre su discurso de campaña y la necesidad de construir una relación funcional con México.
Para Trump, la visita a Los Pinos fue también una oportunidad para abordar temas sensibles, como el narcotráfico y el tráfico de personas, aspectos que consideraba prioritarios para la seguridad de ambas naciones. Sin embargo, las tensiones sobre su propuesta del muro fronterizo y quién pagaría por él continuaron como un tema divisivo y candente.
Desde el inicio de su campaña, Trump había adoptado una postura dura frente a México, a menudo acusando a los inmigrantes de ser responsables de problemas de seguridad en Estados Unidos. Su propuesta de construir un muro y hacer que México lo pagara fue vista con escepticismo e incluso ridiculizada en círculos políticos y sociales, tanto en México como en el exterior.
¿Cómo reaccionaron los mexicanos a la visita de Donald Trump a México?
La decisión de Peña Nieto de invitar a Trump fue recibida con escepticismo por muchos mexicanos, quienes veían en el republicano una amenaza para sus compatriotas en Estados Unidos. Las redes sociales explotaron con críticas hacia el presidente mexicano, y grupos de manifestantes se movilizaron con pancartas exigiendo que Trump pidiera disculpas o, incluso, se retirara del país.
Desde entonces, la relación entre México y Trump continuó siendo compleja y, tras su reelección en 2024, los temas de seguridad fronteriza, comercio y migración siguen siendo prioritarios. La perspectiva de un segundo mandato de Trump en la Casa Blanca ha reavivado las preocupaciones en México, donde muchos temen que su postura dura se intensifique aún más.
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Para Peña Nieto, la reunión de 2016 en Los Pinos probablemente fue un intento de mejorar la percepción pública de su gobierno y establecer un canal diplomático con quien sería el próximo presidente estadounidense. Sin embargo, el impacto de esa reunión continúa generando debates sobre las decisiones diplomáticas de México frente a sus complejas relaciones con su vecino del norte.