Nuevas centrifugadoras norcoreanas sacuden campaña electoral en EE.UU.
Corea del Norte ha sacudido la campaña electoral de EE.UU. mostrando sus nuevas centrifugadoras de uranio, sugiriendo una posible prueba de armas inminente.
PIONYANG, Corea del Norte.- En una movida sorprendente y calculada, Corea del Norte ha decidido elevar el perfil de sus programas nucleares a sólo semanas de las elecciones presidenciales en EE.UU. Este viernes 12 de septiembre de 2024, el régimen de Kim Jong-un reveló por primera vez sus instalaciones para la fabricación de combustible nuclear, una demostración que ha puesto en el centro de atención su capacidad de enriquecer uranio a niveles que podrían escalar el potencial armamentista del país.
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La exposición de estas instalaciones, que incluyen avanzadas cascadas de centrifugadoras de uranio, parece tener un objetivo claro: captar el foco de la campaña electoral estadounidense. Este despliegue llega en un momento crucial, justo cuando los debates presidenciales han pasado sin mencionar a Corea del Norte, a pesar de su creciente amenaza nuclear.
Un sombrío programa de enriquecimiento de uranio
La visita de Kim Jong-un a la planta de centrifugadoras, que aparentemente cuenta con equipos más avanzados de lo que se conocía hasta ahora, subraya la intención de aumentar la producción de armas nucleares. La instalación, situada en el área de Kangson, es sospechosa de ser el lugar mostrado por los medios norcoreanos. Según informes recientes, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha detectado la construcción de un nuevo anexo en este sitio, reforzando la percepción de que se están ampliando significativamente las capacidades nucleares del país.
El momento elegido para esta revelación no es casual. Al mostrar sus avances nucleares en un periodo tan cercano a las elecciones presidenciales en EE.UU., Corea del Norte parece querer asegurar que el tema de su programa armamentista no sea ignorado por el próximo presidente. A pesar de que el tema de Corea del Norte no ha sido central en la campaña, el régimen norcoreano parece decidido a forzar su inclusión en la agenda política estadounidense.
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El director de la cátedra sobre política en la península coreana, Ramón Pacheco Pardo, opina que el mensaje de Pionyang es claro: la continuación de su programa atómico es una realidad que el próximo presidente de EE.UU. deberá enfrentar. Pacheco Pardo sugiere que Corea del Norte está dispuesto a reanudar negociaciones, pero con condiciones muy distintas a las de 2019, cuando fracasó la cumbre de Hanói.
El momento elegido
En las próximas semanas, se espera que Corea del Norte realice pruebas de armas de destrucción masiva para captar la atención del nuevo líder estadounidense. Los expertos sugieren que un lanzamiento de misil balístico intercontinental (ICBM) podría estar en el horizonte, especialmente tras la reciente demostración de una nueva lanzadera de 12 ejes.
Aunque un test nuclear parece menos probable debido a las complicaciones en el centro de pruebas de Punggye-ri y las posibles repercusiones negativas con China y Rusia, la amenaza de nuevos ensayos sigue latente. La situación en el centro de pruebas, afectado por daños causados por el monzón, podría retrasar una prueba nuclear significativa.
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Con la atención mundial centrada en las elecciones estadounidenses, Corea del Norte ha decidido jugar una carta arriesgada. Al poner en evidencia su capacidad para aumentar su arsenal nuclear, el régimen norcoreano está enviando un mensaje contundente al próximo presidente de EE.UU., recordándole que la amenaza nuclear de Pionyang sigue muy presente en el escenario global.