¿Más allá de las aulas? El impacto de la docencia en la historia de BCS
Desde misiones evangelizadoras a la Nueva Escuela Mexicana, la docencia ha sido motor del desarrollo socioeconómico de BCS.

La educación en Baja California Sur, adaptada a sus condiciones geográficas, económicas y políticas, ha sido impulsada por maestros que, superando desafíos, combatieron el rezago y el analfabetismo, impulsando el desarrollo de la región.
El historiador Alejandro Telechea Cienfuegos, catedrático de la UABCS y actual director del Archivo Histórico del Estado Pablo L. Martínez, espacio en donde se realizan exposiciones como la muestra del desarrollo científico y tecnológico de BCS en obra fotográfica, aborda esta trayectoria y su huella en el tejido social y económico sudcaliforniano.
¿Cómo inició la enseñanza en Baja California Sur?
Los primeros esfuerzos de educación en Baja California Sur se remontan al periodo colonial con órdenes religiosas como jesuitas y franciscanos enfocados en la evangelización y enseñanza básica del español.
Sin embargo, la docencia como tal inició en el México independiente del siglo XIX, con el establecimiento gradual, un proceso lento, lleno de obstáculos y esporádico, de las primeras escuelas públicas.
Según Telechea, la historia de la educación en el estado presenta particularidades notables, especialmente durante la época del Porfiriato. periodo en el que no existía una currícula unificada para todas las escuelas del entonces distrito sur.
Sino que adaptaban sus programas según las necesidades locales, como las de El Boleo en Santa Rosalía, Pueblo Mágico cuyo origen se remonta a una colonia minera francesa/vincular, que se enfocaban en la enseñanza de oficios relacionados con la minería.
Una situación similar ocurrió en El Triunfo y San Antonio, cercanos a la ciudad de La Paz, donde también orientaba la enseñanza hacia habilidades prácticas para la industria.
A principios del siglo XX, el interés nacional se centraba en expandir la cobertura de la educación básica, primaria y secundaria, para contrarrestar los altos niveles de analfabetismo.
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Aunque el esfuerzo era significativo, la oferta educativa en la región no iba más allá de estos niveles iniciales, y pasarían muchos años antes de que se pudiera aspirar a una formación superior.
Este modelo buscaba primordialmente dotar a la población de herramientas básicas de lectura, escritura y oficios necesarios para la economía local.
¿Cuál ha sido el impacto de los maestros en el desarrollo socioeconómico de BCS?
La influencia de la docencia en Baja California Sur trasciende la mera instrucción. El esfuerzo por erradicar el analfabetismo, impulsado a nivel nacional por figuras como José Vasconcelos y continuado por gobernantes locales como Francisco J. Múgica, quien fundó escuelas rurales - urbanas para formar maestros locales.
Esto tuvo un impacto social profundo y duradero, contribuyendo a que el estado hoy ostente una de las tasas de analfabetismo más bajas del país, con tan solo 2.32 por ciento en 2020, según Inegi.
La Benemérita Escuela Normal Urbana (BENU) "Profr. Domingo Carballo Félix", fundada en 1944, ha sido un pilar en esta tarea, graduando a miles de educadores.
El despegue económico y la consolidación educativa se intensificaron tras la conversión a Estado en 1974.
La creación de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) en 1975, además del Instituto Tecnológico de La Paz (ITLP) fundado en 1973, seguidos por la Unidad 03A de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en 1979 y el Colegio de Bachilleres (COBACH) en 1986, formaron el capital humano esencial.
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Estas instituciones, como señala Telechea, han sido fundamentales para el desarrollo económico, intelectual y científico del estado.
El sector educativo es también un motor económico directo. Por ejemplo, Baja California Sur es el segundo estado que mejor paga a los profesores de primaria de la SEP en México, con un sueldo de 12 mil 900 pesos al mes, superior al salario mínimo que en 2025 es de 8 mil 400 pesos.
La inversión en infraestructura, gestionada por el Instituto Sudcaliforniano de la Infraestructura Física Educativa (ISIFE) del estado, complementa este impacto, aunque persisten desafíos como el abandono escolar por factores económicos, especialmente en niveles superiores.
¿Qué figuras y legados destacan en la historia educativa de la región?
Varias figuras han dejado una huella imborrable. Una muy emblemática en la historia de la educación no solo de Baja California Sur, sino de México, es la maestra Rosaura Zapata Cano, oriunda de La Paz y pionera nacional de la educación preescolar.
Documentos históricos resguardados en el Archivo Histórico del Estado, como su nombramiento como maestra de inglés en 1904 y, esencialmente, su designación como inspectora para los jardines de niños del Distrito Federal en 1926, dan testimonio de su trayectoria.
Zapata se integró al proyecto de José Vasconcelos en los años 20, y su labor fue fundamental para hacer realidad la educación preescolar a nivel nacional.
El legado de Rosaura Zapata, reconocida con la Medalla Belisario Domínguez (máxima distinción para un docente en México), es un orgullo para Baja California Sur y un ejemplo de la vocación transformadora de la enseñanza.
Domingo Carballo Félix, cuyo compromiso llevó a la fundación de la BENU, que hoy lleva su nombre, es otro referente.
Más allá de nombres, el magisterio sudcaliforniano ha forjado un legado de activismo social, con luchas por derechos laborales y la dignificación de su profesión desde la década de 1990, como las recientes manifestaciones exigiendo participar en la Reforma a la Ley de ISSSTE.
Estas movilizaciones han logrado avances en salarios y condiciones, aunque persisten demandas importantes.
El impacto social de los docentes también se refleja en su rol como constructores de comunidad, especialmente en zonas rurales, enfrentando el aislamiento y la escasez de recursos.
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El historiador Alejandro Telechea lo resume elocuentemente al hablar del legado docente:
"El gran legado que dejamos los docentes es sembrar la semilla en los jóvenes de que en un futuro tienen que actuar de tal o cual manera, porque no debemos olvidarnos que estamos formando a sujetos sociales y de cómo queremos que se integren a la vida social».
Esta visión subraya la profunda responsabilidad y el impacto continuo de la docencia, desde la implementación de la Ley de Educación estatal hasta los retos de la Nueva Escuela Mexicana.