¿Cuánto ha crecido la población en Saltillo en una década?
Saltillo ha crecido más de 20 % en una década, impulsado por su industria, seguridad y migración interna.

En solo una década, Saltillo dejó de ser una ciudad media discreta del norte de México para convertirse en una urbe en plena expansión. Su población creció más de un 21 % entre 2010 y 2020, al pasar de 725 mil 123 a 879 mil 958 habitantes, según datos de Inegi.
Este cambio demográfico va acompañado de transformaciones económicas, sociales y territoriales que están redefiniendo el perfil de la capital coahuilense.
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¿Por qué está creciendo tan rápido Saltillo?
El crecimiento poblacional no es un fenómeno aislado. La zona metropolitana que incluye a Ramos Arizpe y Arteaga también muestra un aumento superior al 25 %, y se espera que supere los 1.2 millones de habitantes hacia finales de 2025.
Este crecimiento se debe a factores como el empleo formal, la llegada de nuevas inversiones industriales y la percepción de seguridad, lo que ha atraído tanto a migrantes internos como a empresas en busca de un entorno estable.
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¿Qué papel juega la industria en este auge?
La industria automotriz y manufacturera ha sido el motor económico de Saltillo en los últimos años. Empresas como General Motors, Stellantis y Daimler han consolidado una base productiva sólida que genera miles de empleos.
En 2025, Saltillo reporta que más del 83 % de su población económicamente activa cuenta con empleo asalariado, una de las tasas más altas del país. Esta formalidad laboral ha contribuido a una mayor estabilidad económica y social.
A diferencia de muchas otras ciudades en crecimiento, Saltillo ha logrado mantener bajos niveles de inseguridad. De acuerdo con datos oficiales, la ciudad presenta cifras significativamente menores en delitos de alto impacto como homicidio y secuestro.
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¿Qué efectos está teniendo este crecimiento en el entorno urbano?
Saltillo vive una transformación territorial. Nuevos fraccionamientos, zonas comerciales, corredores industriales y ampliación de vialidades son señales visibles de la expansión urbana. Sin embargo, este ritmo acelerado también ha generado presión sobre servicios básicos, movilidad y vivienda.
La demanda habitacional ha incrementado los precios del suelo y el transporte público requiere mejoras sustanciales para atender las nuevas zonas habitadas. Autoridades municipales y estatales ya trabajan en planes de desarrollo metropolitano para contener un posible desorden urbano.
¿Está Saltillo preparado para sostener este ritmo?
Ese es uno de los desafíos centrales. Si bien el crecimiento ha sido positivo en términos económicos y de oportunidades, no está exento de tensiones. La planeación urbana, la gestión del agua, la movilidad y el acceso a servicios serán factores determinantes para mantener la calidad de vida.
Sin una estrategia de desarrollo sostenible, Saltillo podría enfrentarse a problemas similares a los de otras ciudades que crecieron rápido, pero sin control.
Saltillo, una ciudad que hace apenas unos años era percibida como tranquila y de ritmo lento, se ha convertido en un punto de atracción nacional. Ahora, su reto no es solo seguir creciendo, sino hacerlo de forma inteligente.