Navidad 2025 en Saltillo: Obispo llama a recuperar el verdadero sentido de la celebración
El obispo de Saltillo Hilario González llamó a rescatar el sentido de la Navidad frente al consumismo.
Ante un contexto marcado por el consumismo, la prisa y las celebraciones anticipadas, el obispo de Saltillo, Hilario González García, exhortó a la comunidad a recuperar el sentido auténtico de la Navidad, una celebración que —advirtió— corre el riesgo de vaciarse de su significado profundo cuando se reduce únicamente a compras, regalos y excesos promovidos desde semanas previas.
El prelado señaló que, aunque las tradiciones externas forman parte de la cultura decembrina, muchas veces han desplazado el mensaje central de la Navidad, convirtiéndola en un acontecimiento meramente comercial y social, alejado de su raíz espiritual.
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¿Cuál es el significado religioso de la Navidad?
Desde una perspectiva cristiana, explicó, la Navidad no es solo una fecha festiva, sino la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, el acontecimiento que expresa el amor de Dios hecho presencia entre los hombres.
“No se trata de lo que se compra o se estrena, sino del don que Dios ofrece a la humanidad”, subrayó, al recordar que el centro de la Navidad es la encarnación, la cercanía de Dios con los más frágiles y necesitados.
En este sentido, invitó a que ese regalo divino se refleje en las relaciones humanas cotidianas, a través del encuentro sincero, la reconciliación, el perdón y el tiempo compartido en familia y comunidad.
Destacó que vivir la Navidad desde la fe implica abrir el corazón al otro, especialmente a quien sufre, y asumir una actitud de humildad, servicio y esperanza.
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¿Cómo vivir la Navidad más allá de los adornos y los regalos?
González García pidió que las celebraciones decembrinas no se centren únicamente en los aspectos externos —como adornos, comidas o intercambios de obsequios—, sino que se prolonguen en acciones concretas de solidaridad y servicio.
Señaló que la Navidad pierde su sentido cuando termina el 25 de diciembre, y recobra su fuerza cuando se traduce en gestos permanentes de amor, justicia y compromiso con los demás.
Asimismo, lamentó que algunas tradiciones familiares y comunitarias, como la oración, la convivencia y la ayuda mutua, se estén debilitando frente a un estilo de vida cada vez más individualista, por lo que llamó a recuperarlas como espacios de encuentro y transmisión de valores.
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¿Qué sentido tiene el Año Nuevo desde la fe?
En relación con el cierre de año, el obispo invitó a vivir el Año Nuevo con serenidad, gratitud y moderación, evitando el desorden y los excesos.
Aunque aclaró que no se trata de una festividad religiosa en sí misma, recordó que coincide con la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, lo que ofrece una oportunidad para iniciar el año bajo una mirada espiritual.
Sugirió dedicar un momento a la oración familiar o comunitaria, agradecer por el año que concluye y formular propósitos que no se limiten a metas materiales, sino que estén orientados a crecer como mejores personas, creyentes y hermanos.
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¿Quiénes no deben ser olvidados en estas fechas?
El obispo hizo también un llamado especial a no olvidar a quienes atraviesan las fiestas decembrinas en soledad, ya sea por enfermedad, vejez o la ausencia de familiares.
Reconoció que no siempre es posible reunirse todos, incluso entre vecinos, pero subrayó la importancia de buscar alternativas para acompañar, escuchar y brindar cercanía a quienes viven estas fechas con tristeza o abandono.
Finalmente, reiteró que la Navidad y el fin de año representan una oportunidad invaluable para fortalecer los lazos humanos, practicar la empatía y renovar el compromiso con una convivencia más fraterna y solidaria, rescatando así el sentido profundo de unas tradiciones que, desde la fe, están llamadas a transformar la vida diaria y no solo a llenar el calendario.
