Los relatos más aterradores de “La Mano Peluda”: ¿te atreves a recordarlos?
Desde pactos demoníacos hasta objetos malditos, estas son tres de las historias más aterradoras que marcaron a generaciones
Por más de dos décadas, “La Mano Peluda”, programa transmitido de 1995 al 2018, fue un deleite de la radio mexicana, transmitido por Radio Fórmula y creado por Mario Córdova.
Con un formato muy similar a una radio novela, los oyentes, conocidos como “peludomaniacos”, llamaban para compartir experiencias paranormales que mantenían a la audiencia al borde del asiento.
Conducido por figuras como Juan Ramón Sáenz y Rubén García Castillo, el programa se despidió en enero de 2018, pero sus relatos siguen vivos en YouTube y podcasts como "Historias Ocultas de la Mano Peluda".
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¿Qué hizo tan impactante el caso de Josué Velázquez?
- En 2002, Josué Velázquez, desde El Monte, California, llamó a “La Mano Peluda” para relatar un pacto con el diablo que, según él, hizo de niño para superar una crisis económica tras cruzar la frontera con su familia.
Afirmó haber sacrificado a su abuela para cumplir el pacto, pero los demonios lo atormentaban, impidiéndole disfrutar de la riqueza.
Su historia, que generó titulares en México, tomó un giro oscuro cuando Juan Ramón Sáenz lo entrevistó en 2011 para "Extranormal". Diez días después, Sáenz falleció por una infección gastrointestinal, lo que llevó a rumores de una maldición ligada al programa.
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¿Por qué las historias de objetos malditos marcaron a los oyentes?
- En diciembre de 2014, un ingeniero narró una experiencia aterradora desde la CDMX. Él y su esposa comenzaron a escuchar ruidos extraños en su casa, que se intensificaron cuando encontraron unas botas de minero junto a la puerta del sótano.
Aunque las desecharon, las botas reaparecieron. Una noche, tras escuchar golpes, el hombre disparó a una figura que cayó por las escaleras, pero al bajar solo encontró las botas, ahora cubiertas de sangre.
- Otro caso, en 2013, involucró a Martín, un joven que se mudó con su hermana y se enfrentó a una osa de peluche que, según él, se giró y le dijo “¿qué me ves?”.
Estas historias de objetos poseídos, por su crudeza y detalles vívidos, se convirtieron en clásicos del programa, teniendo aún un impacto significativo en la imaginación de los oyentes
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