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Internacional

Evo Morales critica despliegue militar en Bolivia por crisis de combustibles

Las recientes medidas del gobierno boliviano para controlar la venta de combustibles han generado controversia, con Evo Morales señalando que esto representa un paso hacia la militarización del país.

Evo Morales, exmandatario boliviano, critica el despliegue militar en estaciones de servicio como el inicio de una 'militarización' en Bolivia, bajo el gobierno de Luis Arce. Foto: EFE
Evo Morales, exmandatario boliviano, critica el despliegue militar en estaciones de servicio como el inicio de una 'militarización' en Bolivia, bajo el gobierno de Luis Arce. Foto: EFE

Publicado el

Por: Reynol González

LA PAZ, Bolivia.– Evo Morales, expresidente de Bolivia, ha intensificado sus críticas hacia el Gobierno de Luis Arce, acusando la decisión de desplegar militares en estaciones de servicio como el inicio de una 'militarización' del país. Estas declaraciones se enmarcan en un contexto de crecientes tensiones sociales por la escasez de combustibles, protestas de transportistas y comerciantes, y acusaciones de un posible 'golpe de Estado' desde sectores gubernamentales.

Morales, en su programa de radio dominical en Kawsachun Coca, expresó su preocupación por la presencia militar en estaciones de servicio, argumentando que esta medida no resolverá el problema del contrabando de combustibles y solo agudizará las divisiones en Bolivia.

Desde que se distanció del presidente Arce a finales de 2021, Morales ha sido crítico con varias políticas gubernamentales, especialmente en lo económico y lo social, acusando al actual mandatario de alejarse de los principios del Movimiento al Socialismo (MAS), partido que Morales lideró durante su mandato presidencial.

La controversia se ha exacerbado con las protestas de sectores como transportistas y comerciantes, quienes han bloqueado carreteras y marchado hacia La Paz exigiendo al Gobierno garantías sobre el suministro de combustibles y la estabilidad económica. La marcha de comerciantes desde el Altiplano ha sido un símbolo de la creciente frustración popular.


En respuesta a las manifestaciones, el Gobierno de Arce ha acusado a la oposición, sectores afines a Morales y a la Embajada de Estados Unidos de intentar desestabilizar al Ejecutivo, calificando las protestas como un intento de 'golpe de Estado'. Estas acusaciones han sido refutadas tanto por Morales como por la Embajada estadounidense, que ha negado cualquier involucramiento en los disturbios internos de Bolivia.

Los sectores críticos aseguran que las medidas del Gobierno para controlar la economía y la seguridad interna están generando un clima de incertidumbre y tensión social, complicando aún más el panorama político en el país andino.

Con el ambiente político y social cada vez más tenso, Bolivia enfrenta un desafío crucial para lograr el equilibrio entre el orden público, las demandas sociales y las críticas internas e internacionales. El futuro inmediato de la nación sudamericana parece depender de la habilidad del Gobierno y la oposición para encontrar puntos de encuentro y resolver las profundas discrepancias que dividen al país.

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