De la Chiquitibum a la mano de Dios, el Mundial de 1986 que salvó a México de una crisis
La cifra de derrama del mundial de 1986 dejó 22,750 mdp actuales, y se podría cuatriplicar para el verano de 2026, cuando México se convertirá en el primer país que por tercera ocasión tendrá una Copa Mundial de Fútbol.

La Copa del Mundo de la FIFA de 1986 en México fue un evento histórico: nadie duda que, deportivamente hablando, fue un éxito rotundo. La consagración del astro argentino Diego Armando Maradona es inolvidable.
Sin embargo el país padecía los estragos de una crisis financiera y política, una deuda externa impagable y además de que, un año antes, sufrió el peor terremoto de su historia.
Aún con ello, con estimaciones del INEGI, del Banco de México y de periódicos nacionales, el país tuvo una derrama económica de unos 910 millones de pesos, a precios de 1986, en sus principales sedes: Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Puebla.
Esa cantidad, ajustada al índice de inflación acumulada del Banco de México entre 1986 y 2024, serían actualmente unos 22 mil 750 millones de pesos.
La cifra se podría cuatriplicar para el verano de 2026, cuando México se convertirá en el único país en el mundo que, por tercera ocasión, organizará una Copa Mundial de Fútbol de la FIFA.
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La primera Copa del Mundo en México
En 1970, México pudo organizar la Copa del Mundo de ese año pues vivía la última fase de lo que los economistas llaman “desarrollo estabilizador y el milagro mexicano”.
Los gobiernos entre 1954 y 1970, aplicaron una estabilidad monetaria que mantuvo a raya a la inflación; una rígida política fiscal que controló el gasto público y la deuda; el proteccionismo de los productos nacionales y una alta inversión pública en infraestructura, favoreciéndolos para organizar unos Juegos Olímpicos en 1968, y el Mundial 2 años después.
Pero 16 años después, las condiciones económicas de México fueron muy diferentes: la deuda era superior a los 80 mil millones de dólares y la administración de Miguel de la Madrid se declaró en suspensión de pagos.
Como consecuencia de lo anterior, se aplicaron medidas de austeridad y de privatización de empresas y bienes de la nación, de la mano del Fondo Monetario Internacional, lo que causó una crisis política al presidente Miguel de la Madrid por la impopularidad de esas medidas.
En 1982, la devaluación del peso fue estratosférica, pasando de 22 a 150 pesos por dólar. Para 1986, la inflación pasó la barrera del 100 por ciento anual.
El terremoto del 19 de septiembre de 1986 evidenció no sólo la ineficiencia del gobierno de De la Madrid, sino la grave corrupción de la administración pública federal con los cientos de edificios colapsados por construcciones deficientes que fueron avaladas por ingenieros y arquitectos del servicio público, provocando miles de muertos.
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De la “Chiquitibum” a “la mano de Dios”: la apuesta económica del Mundial 86
El partido inaugural del segundo Mundial para México fue el sábado 31 de mayo de 1986. Sin embargo, meses antes, la gravedad de la situación económica, y los efectos devastadores del terremoto, tenían al país sumido en una severa crisis política y social.
El desempleo y la carestía hicieron mella en muchas ciudades del país, por lo que la oposición al partido dominante por el PRI, y al sistema político en general, exigió reorientar el gasto para generar empleos, construir vivienda y reparar la infraestructura tras el sismo, en vez de remodelar estadios de fútbol.
Pero desde la inauguración, y con el primer partido de la Selección Mexicana, las cosas cambiaron por tres momentos específicos:
- El impresionante lleno del estadio Azteca: la ceremonia de inauguración con la mascota “Pique” y la tremenda rechifla que se llevó el presidente Miguel de la Madrid, situaciones que exaltaron el orgullo e independencia de los mexicanos, que demostraron que juntos pueden más que sus gobiernos.
- La Selección Mexicana pasó, por vez primera, a cuartos de final. En el partido contra Bulgaria, Manuel Negrete marcó un golazo de tijera que, para la FIFA, está considerado como el mejor gol de la historia de los mundiales por su belleza y elegancia. Las victorias del equipo mexicano alentaron el orgullo y la unidad nacional.
- La aparición de Mar Castro, “la Chiquitibum”. Desde las trasmisiones inaugurales, como parte de la campaña publicitaria de la marca de cerveza Carta Blanca, esta modelo se convirtió en un ícono.
La Chiquitibum se convirtió un todo un fenómeno cultural y publicitario con su comercial televisivo, que no sólo transmitió una imagen de sensualidad y alegría de la mujer mexicana -que en nuestros días sería cancelada por cosificación-, sino que también se sumó junto con el refuerzo al orgullo nacional, a las motivaciones al consumo local, especialmente de la cerveza.
Así, la derrama económica se concentró principalmente en las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, y en menor medida en las otras sedes mundialistas: Querétaro, León, Zapopan, Nezahualcóyotl, Toluca e Irapuato.
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Estimación elaborada con el Índice de Inflación Acumulada del Banco de México entre 1986 a 2024, que es de 2500%
La ocupación hotelera se mantuvo entre 90 y 100 por ciento en las ciudades sede y los ingresos de bares y restaurantes se incrementaron en 80 por ciento, de acuerdo con estimaciones de los periódicos de la época.
Según informes de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), la venta de recuerdos, playeras, gorras, bebidas y comidas y todo lo relacionado con el Mundial impulsó en un 70 por ciento la venta minorista.
Aeroméxico y Mexicana de Aviación superaron sus ventas en 50 por ciento tan sólo en el mes y medio que duró el Mundial.
En el caso de la construcción y la infraestructura, el gobierno mexicano invirtió 300 millones de pesos de ese entonces para la remodelación del estadio Azteca y las vialidades aledañas al coloso de Santa Úrsula. A pesos de hoy día, esto equivaldría a unos 7,500 millones de pesos.
Los contratos de publicidad de patrocinadores como Coca-Cola, Pemex y cervecería Cuauhtémoc impulsaron las ventas, incrementaron la demanda y generaron empleos, de acuerdo con los reportes económicos del INEGI.
En ese sentido, si bien la derrama económica se concentró en la Ciudad de México, abonando positivamente en la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto del 19 de septiembre, pero también favoreció el turismo cultural en Guadalajara.
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En Monterrey, los eventos corporativos ligados a la fiesta futbolera realzaron la actividad industrial; en tanto que en Puebla, su cercanía con la ciudad de México impulsó el turismo y el consumo en los pequeños comercios, ya que la ciudad carecía de centros comerciales y atractivos importantes en ese entonces.
Para la FIFA, así como para medios deportivos especializados a nivel global, y para los aficionados, la Copa del Mundo de México de 1986 es el mejor Mundial de la historia, por sus eventos únicos e irrepetibles:
- La consagración de Maradona. Sus 5 goles y 5 asistencias en los 7 partidos de Argentina, incluido el llamado “gol del siglo” o “la mano de Dios”, se convirtió en el mayor ícono de la cultura del fútbol mundialista.
- La derrota de Inglaterra ante Argentina. Tras la Guerra de las Malvinas, la derrota inglesa exacerbó el nacionalismo argentino y la identidad Latinoamericana.
- Último partido entre las dos Alemanias. En plena Guerra Fría, aquí jugaron la República Federal Alemana contra la República Democrática Alemana, antes de la caída del muro de Berlín.
- No existía el VAR. Fueron partidos inolvidables porque los equipos plantearon un fútbol de ataque. Todos los equipos buscaban el gol, como sucedió en los encuentros entre Argentina vs Alemania Federal (3-2); Francia vs Brasil (1-1 en tiempo regular y 4-3 en penales); y Dinamarca vs Uruguay (6-1), con grandes figuras como Sócrates y Zico (Brasil); Elkjaer y Laudrup (Dinamarca); Belanov (URSS), Michel Platini (Francia) y Hugo Sánchez (México).
Sin embargo, lo que motivó la identidad mexicana y su respectiva derrama económica que sostuvo al país en ese año fue la gran algarabía mexicana. La pasión del aficionado mexicano tuvo a los estadios llenos, a pesar de la crisis, donde se coreaban lo mismo el himno del mundial, el himno de la Selección Mexicana y se realizaba la famosa “ola” de gente en cada encuentro.
Ningún otro Mundial de fútbol ha tenido esta atmósfera tan festiva y mexicana por su calidez, que permitió mantener el país a flote.
Mundial 2026
Ahora, 40 años después vuelve un Mundial de Futbol a México, pero quizá las ganancias económicas no sean las esperadas, pues será la primera vez que el torneo se realice en tres países diferentes: México, Estados Unidos y Canadá.
La competencia se realizará en 16 ciudades de los tres países, pero en México solo será en tres: CDMX, Guadalajara y Monterrey.
Lo llamativo es que el juego inaugural será en el Estadio Azteca el 11 de junio de 2026, y el coloso de Santa Úrsula será el único en el mundo en albergar tres juegos de inicio de la máxima justa mundial del balompié: 1970, 1986 y 2026.
Canadá tendrá dos estadios sedes: Toronto Stadium y BC Place Vancouver.
Estados Unidos será el mayor anfitrión con 11 estadios en el mismo número de ciudades en todo el país.
Augurar una derrama específica para México es aventurado, pero el entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Yon de Luisa, dijo en junio de 2022, tras darse a conocer la sede del mundial en Norte América, que podrían ser unos 500 millones de dólares de beneficio económico para el país, es decir 9 mil 749 millones 724 mil pesos.
Además, previó en su momento que se pudieran emplear unas 12 mil personas de manera directa en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
Lo único seguro es que el Mundial de Fútbol será una fiesta global, pues así ha quedado demostrado y seguramente abonará a fortalecer las relaciones entre los países.
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