Juárez vive filas desde temprano por masa para tamales en plena Nochebuena
A unas horas de Nochebuena, los molinos de nixtamal en Juárez registran largas filas desde temprano, con familias comprando grandes cantidades de masa para preparar tamales.
La Navidad ya está aquí y en Nuevo León hay tradiciones que no cambian. Este miércoles 24 de diciembre, desde muy temprano, los molinos de nixtamal volvieron a ser punto de encuentro para cientos de familias que se alistan para la tradicional “tamaliza” de Nochebuena.
En el municipio de Juárez, conocido como la capital del tamal, las filas largas marcaron la jornada.
En el molino Prodemasa, ubicado en el centro del municipio, decenas de personas esperaban turno desde las primeras horas del día para comprar masa fresca, en una escena que se repite año con año en estas fechas.
¿Por qué se forman largas filas en los molinos este 24 de diciembre?
La cercanía de la cena de Nochebuena impulsa a las familias a madrugar para asegurar masa suficiente para preparar tamales.
En Juárez, esta costumbre está profundamente arraigada y convierte a los molinos en uno de los puntos con mayor movimiento durante la víspera navideña.
Desde antes del amanecer, los clientes comenzaron a llegar con cubetas, ollas y recipientes listos, conscientes de que conforme avanza el día la demanda aumenta y los tiempos de espera se alargan.
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¿Cuánta masa compran las familias juarenses?
A diferencia de otros puntos del área metropolitana, en Juárez las cantidades suelen ser mayores.
Este 24 de diciembre, en Prodemasa se observaron compras que iban desde los 5 hasta los 30 kilos de masa, reflejo de reuniones familiares numerosas y de la tradición de preparar grandes tandas de tamales para compartir.
La compra en volumen responde también a la costumbre de repartir tamales entre familiares, vecinos y amigos, una práctica común durante las celebraciones decembrinas.
¿Por qué Juárez es conocido como la capital del tamal?
Juárez ha construido su identidad alrededor del tamal. A lo largo del año, pero especialmente en diciembre, el municipio concentra una alta demanda de masa de nixtamal, con negocios que han operado por generaciones y que se convierten en parte esencial de la vida comunitaria.
Los molinos no solo venden masa; son espacios donde se intercambian recetas, recomendaciones y anécdotas, reforzando el carácter social de la tradición.
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¿Por qué muchas familias prefieren masa de molino?
La masa de nixtamal ofrece una textura y sabor que difícilmente se logra con harinas procesadas.
El proceso tradicional de cocción del maíz con cal sigue siendo clave para quienes buscan tamales esponjosos y con sabor auténtico.
Aunque existen alternativas industriales y compras en línea, para muchos regiomontanos y juarenses la calidad de la masa fresca justifica la espera.
¿Ha cambiado la forma de comprar masa en los últimos años?
Si bien la tradición se mantiene viva, algunos molinos han notado ajustes en los hábitos de consumo.
En algunas zonas metropolitanas las compras han disminuido, pero en municipios como Juárez las cantidades siguen siendo altas, especialmente en fechas clave como el 24 de diciembre.
Esto confirma que, pese al auge de la tecnología y las opciones rápidas, la preparación de tamales continúa siendo un ritual familiar que resiste el paso del tiempo.
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¿Qué refleja esta tradición en plena Nochebuena?
Las largas filas en molinos como Prodemasa muestran que la Navidad en Nuevo León también se vive en la cocina.
Más allá de la espera, el objetivo es claro: reunir a la familia, compartir el trabajo y mantener vivas las costumbres que dan identidad a estas fechas.
A unas horas de la cena navideña, Juárez vuelve a confirmar por qué es, para muchos, la capital indiscutible del tamal.











