Zonas preferentes en transporte público: áreas invadidas por comodidad
Por comodidad y por rapidez, muchos usuarios en el transporte público invaden las zonas preferentes para personas con discapacidad, con problemas para caminar, personas de la tercera edad, mujeres embarazadas o con niños de brazos
Nuevo León.- El transporte público se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las personas con discapacidad, para aquellas que por problemas de salud usan aparatos ortopédicos, mujeres embarazadas o con niños de brazos, y personas de la tercera edad, no solo por la dificultad que representa el traslado, sino por no poder acceder de forma libre a las zonas que se supone son preferentes.
La invasión de las zonas preferentes es un problema que se ha dado por años y aunque se delimiten estas áreas o se especifique su uso, muchos usuarios solo prefieren hacer caso omiso a los llamados y viajar cómodos.
Esto obliga a estas personas a tener que buscar otros lugares y exponerse, en caso, a insultos o empujones por solo pedir respeto a los lugares preferentes.
Invaden espacios por comodidad
Desde los elevadores, rampas y asientos de uso exclusivo para personas con discapacidad y demás, ante las prisas y para evitar la fatiga son usados por personas que realmente no lo requieren.
Aquí es donde entra el dilema ético, porque por comodidad se deja de lado el respeto a las áreas que fueron destinadas para generar una verdadera inclusión.
El equipo de POSTA realizó diversos viajes y en el metro se constató que los elevadores que son solo para personas con discapacidad o personas de la tercera edad son mal usados por todos los usuarios.
Problema
En hora pico se llenan los elevadores provocando que personas que tienen un problema para caminar o que por la edad no pueden usar escaleras, deben de esperar para poder usarlos.
En estación Félix U. Gómez se constató que los elevadores son usados por jóvenes y adultos para bajar un sólo piso, pese a que hay escaleras eléctricas en función.
Esto no se queda ahí, dentro de los vagones es lo mismo, los lugares preferentes que están cerca de las puertas no son respetados e incluso se observa a mujeres embarazadas o personas con aparatos ortopédicos estar de pie ya que no se les cede el asiento.
Muchas de estas personas que no respetan las zonas preferentes, al ver a una persona que requiere el asiento, optan por ignorar, hacerse los dormidos o simplemente seguir sentados.
Con ello dejan en el aire la empatía para quienes requieren ayuda.
Zonas preferentes y exclusivas
Con la renovación del transporte público y en cumplimiento al Reglamento de la Ley de Movilidad Sostenible y de Accesibilidad para el Estado de Nuevo León, las rutas urbanas, las rutas Exprés, Ecovía, y Metro tienen la obligación de tener una área preferente para estos sectores.
La fracción XII del artículo del señalado reglamento precisa: “Identificar con calcomanía alusiva los asientos reservados, preferentemente los lugares próximos al conductor, que en su caso puedan ser ocupados por personas con discapacidad, mujeres embarazadas o personas de la tercera edad”.
Tanto en camiones como en el metro se tienen visibles letreros que especifican “Uso preferente para personas con discapacidad, adultos mayores y mujeres embarazadas o niños pequeños”, incluso, algunos los tienen identificados con colores.
Pese a estos esfuerzos, el respeto a estos lugares no se da.
La razón es porque estos lugares están distribuidos estratégicamente para que la persona que lo requiera no batalle para bajar o subir.