El Monterrey de la Doble P: problemas y polémicas

Rayados de Monterrey vive un 2025 turbulento en el año que debería ser histórico

El 2025 pinta para ser un año catastrófico para Monterrey, justo cuando el club disputa el Mundial de Clubes más importante de la historia y celebra su 80 aniversario.

Los problemas y las polémicas han perseguido a un equipo que parece no tener pies ni cabeza, tanto en lo institucional como en lo deportivo.

En Monterrey, cuando no falta una cosa, falta otra… No olvidemos que el año comenzó con la frase de que faltaba un delantero; después, un defensa; con el paso de los partidos, un portero; y, para rematar, un entrenador.

Lo ocurrido en el Clásico Regio no es nada nuevo. Parecía que todo estaba bien y, de pronto, llegó el caos. Un jugador perdió la cabeza y tiró a la basura lo poco —o medianamente— bien que estaba haciendo Rayados.

La derrota en el Clásico frente a Tigres no se gestó tras la expulsión de Germán Berterame; se cocinó desde hace semana y media, con lo ocurrido con Sergio Canales y la puerta de cristal que rompió de un golpe con la matera.

Como en el Clásico, Monterrey parecía estar bien durante la semana. Se le ganó a Chivas, y luego vino una declaración fuera de lugar por parte del ‘Tato’ Noriega. Apareció cuando no debía y provocó una reacción innecesaria de Sergio Canales.

Monterrey tiene lo que tanto se pedía: líderes. Pero ahora enfrenta un problema distinto, porque lo que le falta es gestión deportiva, desde la presidencia hasta la dirección técnica.

El problema de Rayados no se puede tapar con un dedo. El club atraviesa una crisis deportiva, y no solo por ocupar el noveno lugar en la clasificación general.

En Rayados creen que defender la divisa y aspirar a los campeonatos se logra únicamente apostando por figuras, pero se han olvidado de lo más importante: la gestión.

No se necesita ser un genio para diagnosticar la situación de Monterrey después de casi un torneo completo. Al equipo ya no solo le faltan jugadores en posiciones clave; ahora también le falta un buen gestor, tanto en el vestuario como en la dirigencia.