Exigimos protección para Rosalinda Ávalos, ¡YA!
Rosalinda Ávalos acusa amenazas de Sabas Ipiña, ligado al CJNG, y pide protección.
Rosalinda Ávalos, policía de investigación en San Luis Potosí teme por su vida. Denuncia amenazas de parte del abogado Sabas Santiago Ipiña Ramírez, al que liga con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
La vida de Rosalinda cambió en 2020. En ese entonces, ya como policía, le asignaron trabajar en la delegación de La Pila, zona donde incrementaba la violencia. Un día, durante un recorrido habitual, detectó una camioneta que tenía un reporte de robo, así que comenzó a seguirla.
La periodista Beatriz Guillén escribió en el periódico El País, que al detener la camioneta, Rosalinda se percató de que quienes viajaban dentro eran sus compañeros de trabajo, de la fiscalía.
Ese fue un punto de quiebre, a partir del cual Rosalinda comenzó a destapar lo que ella denomina “El Cártel de la Ministerial”, una red de policías y agentes ministeriales coludidos con el crimen organizado.
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Entre los involucrados, señaló a Ipiña Ramírez, que en ese entonces trabajaba en la Dirección General de Métodos, donde era jefe del grupo de combate al narcomenudeo.
Tras abrir esta investigación, el 11 de noviembre de 2020, hombres armados entraron a la casa de Rosalinda y le dispararon a sus hijos. Asesinaron a dos: Daniela, de 18 años que estudiaba arquitectura, y Carlos de 20, que se estaba formando como chef.
Su tercera hija sobrevivió. Rosalinda responsabiliza específicamente a Ipiña Ramírez de este atentado.
Los años pasaron, hasta que el nombre del abogado regresó a la vida de Rosalinda. Ya con la elección del Poder Judicial a la vuelta, la policía se enteró de que Ipiña Ramírez aspiraba a ser electo como juez mixto del noveno circuito de San Luis Potosí.
Lo que es peor, el Comité de Evaluación del Poder Legislativo había aprobado su candidatura. Se suponía que las autoridades debían revisar los perfiles para evitar que gente ligada al narco participara. Bien sabemos que eso no sucedió.
Basta ver cómo en Chihuahua, Silvia Delgado, orgullosa defensora de “El Chapo” Guzmán, ganó la contienda convirtiéndose en jueza en materia penal. Aterrada de que Ipiña Ramírez consiguiera más poder y que con ello se otorgara impunidad por el asesinato de su hija e hijo, Rosalinda decidió actuar.
El 12 de febrero pasado interrumpió la sesión del Congreso de San Luis Potosí para denunciar la candidatura del abogado. Entre lágrimas, exigió que fuera sacado del proceso electoral. Así fue.
Los problemas no pararon ahí. Después de que le quitaran su candidatura por la denuncia de Rosalinda, el abogado Ipiña Ramírez la demandó. Un caso es civil, por daño moral, y otro más es penal, por supuesto abuso de autoridad de la policía. Son procesos judiciales en curso.
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Rosalinda tuvo acceso a la carpeta de investigación en su contra y se dio cuenta que uno de los testigos de Ipiña Ramírez era José Artemio, alias “El Memo”, un presunto jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación en Ahualulco.
De acuerdo a información de la integrante de la policía, “El Memo” ya había sido aprehendido pero posteriormente fue liberado. Quien lo representó como abogado defensor fue precisamente Ipiña Ramírez.
Rosalinda Ávalos exige que le den medidas de seguridad urgentemente. Teme por su vida, y con razones de sobra. Este miércoles 24 las autoridades le asignaron una patrulla para dar rondines esporádicos por su casa. Es evidente que esto no es suficiente.
Lamentablemente, en nuestro país la celeridad de la justicia depende de los reflectores que obtienen los casos. Por eso mismo hay que compartir su historia, contagiar la indignación y exigir que le otorguen medidas de protección adecuadas, ¡ya!.
