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Nuevo León

¿Es justificable la violencia en el espectáculo? Ernesto Chavana opina

Ernesto Chavana critica al payaso Pichurris por agredir a un asistente tras un comentario sobre su esposa; ¿es justificable la violencia?


Publicado el

Copiar Liga
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El mundo del espectáculo siempre ha sido un terreno de arenas movedizas donde la línea entre el personaje y la persona es casi invisible.

Recientemente, el presentador Ernesto Chavana encendió el debate tras criticar duramente la reacción violenta del payaso Pichurris, quien agredió a un asistente durante una posada empresarial luego de que este hiciera un comentario fuera de lugar sobre su esposa.

¿Es justificable la violencia frente a una provocación?

Para Chavana, la respuesta es un "no" rotundo. El comunicador sostiene que, al subir a un escenario, el artista asume un rol que debe protegerlo de las ofensas personales. Según su visión:

  • El personaje frente al hombre: En el momento del show, "Pichurris" es un payaso, no un padre de familia; por ende, las ofensas van dirigidas al actor, no a su núcleo privado.

La falta de profesionalismo: Reaccionar con golpes ante un comentario, por vulgar que sea, demuestra una incapacidad para gestionar el entorno laboral.

¿Qué riesgos conlleva ceder el micrófono al público?

Chavana enfatiza que el comediante debe ser consciente de los peligros intrínsecos de su oficio, especialmente cuando interactúa directamente con la audiencia.

  • Libertad y consecuencias: Al igual que en las redes sociales, el artista está expuesto a críticas, insultos o burlas.
  • Pérdida de control: Al entregar el micrófono a un desconocido, el comediante abre la puerta a lo imprevisible; un profesional debe saber capotear el comentario sin llegar a las manos.

¿Debería el comediante buscar otra profesión?

La conclusión de Chavana es severa: quien no aguanta el rigor del escenario, no pertenece a él. La "piel delgadita" es, a su juicio, el mayor enemigo de un  entretenedor.

Análisis pobre: Justificar una agresión física alegando la defensa de alguien que ni siquiera estaba presente es, para el analista, una distorsión de la realidad.

  • Consejo final: Si la intención es reaccionar con violencia ante cada falta de respeto, el camino del espectáculo solo traerá problemas legales y profesionales.

¿Usted qué opina? ¿Fue una defensa legítima del honor familiar o una pérdida total de estribos profesionales?

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