Trump quiere petróleo
La Casa Blanca ahora tiene a un presidente (Trump) que de forma transparente ha expresado lo que quiere: petróleo (ah, y de paso otros recursos como tierras y litio).
Antes, el gobierno estadounidense hacía un mejor esfuerzo por disfrazar los intereses reales detrás de sus campañas imperialistas.
Ahora, tienen en la Casa Blanca a un presidente que de forma transparente ha expresado lo que quiere: petróleo (ah, y de paso otros recursos como tierras y litio).
Esta semana ha sido caótica con una serie de sucesos y declaraciones que escalaron las tensiones regionales. De entrada, se confirmaron dos operativos más (uno el lunes y otro el miércoles). Con estos últimos ataques suman 99 latinoamericanos asesinados extrajudicialmente por bombardeos de Estados Unidos.
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No hay claridad de las nacionalidades de las víctimas, que la administración Trump afirma, sin pruebas, son narcotraficantes.
La comunidad internacional ve claramente lo que está pasando sin tragarse la narrativa que Estados Unidos busca imponer. Eso de querer propagar la libertad y de combatir a “terroristas” ya no es creíble. ¿Cómo lo sería después de que nuestro vecino del norte presumió robarse un buque petrolero venezolano?
Los pasos del manual, además, han sido públicos y claros:
- Designa a los grupos de la delincuencia como “organizaciones terroristas”.
- Bombardea lanchas ejecutando a pescadores que tachas de “narcos” sin evidencia.
- Acusa (otra vez, sin pruebas) que Nicolás Maduro y Gustavo Petro son narcotraficantes. (Sobra decir que Maduro es un dictador pero, ¿narco? De eso no hay respaldo).
- Plantea que la invasión es moralmente correcta dándole el Nobel de la Paz a María Corina Machado, opositora venezolana que ruega la intervención militar estadounidense en su país.
- Declara al fentanilo como un arma de destrucción masiva, digo, esa razón bastó en Irak.
Ah, y si el punto “3” no genera suficiente respaldo, de una vez, mejor declara a todo el gobierno venezolano de ser una organización terrorista. Esto no es una sugerencia, sino algo que Trump dijo en su red social “Truth Social” el 16 de diciembre.
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Puntos extras si consigues colocar a aliados de derecha sometidos a los intereses imperialistas de Estados Unidos metiendo las manos ilegalmente en elecciones.
Lamentablemente, esto tampoco es un análisis, sino algo que sucedió. Basta ver los resultados en las elecciones legislativas de Argentina, las presidenciales de Honduras (donde la presidenta Xiomara Castro denuncia fraude) y lo ocurrido en Chile que optó por un defensor de Pinochet.
Antes de estas tres contiendas, Trump publicó mensajes exhortando a la población a favorecer a la derecha para no sufrir consecuencias.
Y en medio de estas amenazas e injerencia… ¿Y la ONU? Bien, gracias. Ya sabíamos que estaba de adorno, y eso no es por una mala dirigencia, sino por la estructura en sí misma.
¿Cómo podrías tener un organismo útil cuando las máximas potencias militares tienen poder de vetar resoluciones? Además, tantita memoria: si la ONU no hizo nada en pleno genocidio en Gaza, ¿qué les va a andar importando nuestra soberanía regional?
Los pueblos latinoamericanos de inicio, estamos solos en esto. Tendremos que combatir la injerencia con nuestros propios medios, y parte de la batalla que debemos dar, es la batalla narrativa. Hay que pelear contra las falsedades que el imperio estadounidense nos quiere imponer.
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