Nayarit tiene un santuario natural en medio de la selva imperdible para tus próximas vacaciones
Nayarit tiene playas poco conocidas que son una excelente oportunidad para una escapada de la rutina y muy accesibles.
Este rincón casi virgen, localizado entre San Pancho y Lo de Marcos, es un santuario natural en medio de la selva, es un sitio único y espectacular que ofrece tesoros que harán de las vacaciones una experiencia única: Punta Monterrey.
Un sitio accesible, donde lo más importante es la preservación del entorno natural para que los visitantes tengan un descanso inolvidable, donde hay más que sol, arena y mar.
¿Qué hace tan especial a Punta Monterrey en Nayarit?
Punta Monterrey es una Reserva Ecológica de más de 121 hectáreas que ha sido rescatada como uno de los tesoros naturales de la Riviera Nayarit, es un sitio con una fácil accesibilidad, ubicado en medio de la selva, es un oasis costero, alejado del bullicio de las playas más frecuentadas.
Con oleaje morado es ideal para disfrutar del mar, no se permite acampar, pero hay un hotel totalmente sustentable que estas son algunas de las actividades que se pueden realizar en esta playa virgen:
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- Natación
- Surf
- Kayak
- Paddle board
- Avistamiento de flora y fauna
- Senderismo
- Caminatas
¿Hay dónde dormir en Punta Monterrey?
Sí, la opción para pasar la noche en este rincón escondido es pernoctar en el hotel Punta Monterrey, un bello refugio con cabañas y bungalows en armonía con la naturaleza.
Este hotel se caracteriza por tener una capacidad limitada, pero ofrecer espacios para actividades ideales para familias, grupos de amigos y un descanso romántico en pareja, este espacio fortalece los lazos
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- Tiene 12 habitaciones
- Capacidad máxima para 35 personas
- Ofrece servicio de yoga, spa, alberca y salón para eventos
¿Cómo nace Punta Monterrey en Nayarit?
Punta Monterrey era una propiedad privada, la primera habitante de esta bahía al sur de Nayarit fue una mujer estadounidense y en la década de los setenta, una familia llegó a vivir en el lugar comenzando a vivir de lo que cultivaban.
En 1974 se empezó a construir una comunidad sostenible que se ha mantenido con su magia natural, hasta el día de hoy, buscando conservar este santuario natural de más de 121 hectáreas.
Actualmente, en este sitio se promueve el ecoturismo, con una conexión pura con la naturaleza, buscando el bienestar de todos: de los visitantes, de quienes viven ahí, de la flora y de la fauna a través de un modelo comunitario con respeto y conservación del medio ambiente.
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