Hacen filas de madrugada para comprar nixtamal y preparar tamales para Navidad en Nuevo León
Desde antes del amanecer, familias de la colonia Independencia en Montertey acuden a uno de los últimos molinos de Monterrey para mantener viva la tradición tamalera.
Desde las seis de la mañana, vecinos de la colonia Independencia en Monterrey comenzaron a formarse afuera de la conocida tortillería de don Ricardo, ubicada sobre la calle Colima y 2 de Abril.
Con ollas, carritos y cubetas en mano hicieron fila para comprar nixtamal y arrancar con la preparación de los tamales, una tradición que marca el inicio de las celebraciones navideñas a partir del 23 de diciembre.
Vecinos de la colonia Independencia en Monterrey comenzaron a formarse. Foto: Vianney Carrera
Con más de 70 años de historia de acuerdo a sus dueños, este negocio familiar que es conocido como “El de don Ricardo”, es uno de los pocos molinos que aún sobreviven en la ciudad.
Convirtiéndose cada diciembre en punto de encuentro para generaciones enteras que mantienen viva una de las costumbres más arraigadas de la Navidad regiomontana.
Aquí te contamos cómo nos fue durante la fila.
¿Por qué los vecinos madrugan para comprar nixtamal?
Aunque el ritmo de la ciudad ha cambiado, para muchas familias la tradición sigue siendo la misma: madrugar para alcanzar turno en el molino.
Algunos vecinos señalaron que llevaban al menos una hora formados desde temprana hora, conscientes de que conforme avanza el día la fila crece y el tiempo de espera se alarga.
El 23 de diciembre marca simbólicamente el arranque de la preparación de tamales en muchos hogares, por lo que el nixtamal se convierte en un insumo indispensable.
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Para los clientes habituales, acudir temprano también garantiza que la masa esté fresca y lista para un proceso que puede extenderse durante todo el día.
“Los de carne y los de frijoles, esos no pueden faltar.”, señaló la vecina Leticia González, quien iba con sus ollas ya lista para comprar el nixtamal.
¿Cómo ha cambiado la cantidad de nixtamal que compran las familias?
De acuerdo con el propietario del molino, el volumen de nixtamal que compran las familias ya no es el mismo que hace décadas.
Antes, algunas vecinas se llevaban hasta 30 kilos de masa para alimentar a grandes reuniones familiares; hoy, la cantidad promedio ronda los 10 kilos.
La preparación implica tiempo, coordinación y convivencia, elementos que fortalecen los lazos entre generaciones.. Foto: Vianney Carrera
Las propias clientas coincidieron en que esta reducción responde a familias más pequeñas, pero también a cambios en la dinámica social.
Aun así, la cantidad sigue siendo suficiente para compartir en la cena de Nochebuena y, en muchos casos, para que sobre para el tradicional recalentado de los días posteriores.
¿Por qué hacer tamales sigue uniendo a las familias?
Más allá de la comida, la elaboración de tamales sigue siendo un ritual familiar que convoca a hijos, sobrinos y nietos.
La preparación implica tiempo, coordinación y convivencia, elementos que fortalecen los lazos entre generaciones.
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Para muchas familias, hacer tamales no es solo cocinar, sino reunirse, rezar, intercambiar regalos y compartir la mesa.
En ese proceso, la cocina se convierte en el centro del hogar y la masa en el pretexto perfecto para prolongar la convivencia durante horas.
¿Qué significado tiene que aún existan molinos tradicionales en Monterrey?
La tortillería de don Ricardo no solo vende nixtamal: resguarda memoria.
Con más de siete décadas en funcionamiento, representa una resistencia silenciosa frente a la industrialización y la pérdida de oficios tradicionales.
La tradición del tamal seguirá encontrando su lugar en la Navidad . Foto: Vianney Carrera
Para los vecinos de la Independencia, acudir al molino es una forma de preservar la identidad del barrio y transmitir costumbres que aprendieron de sus padres y abuelos.
Mientras haya filas al amanecer y ollas listas para llenarse, la tradición del tamal seguirá encontrando su lugar en la Navidad regiomontana.
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