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CLARA VILLARREAL
¿Imagen o Percepción?
Por: CLARA VILLARREAL

Publicado el

Miss Respetos

“Cuando el respeto también merece corona.”

La situación vivida por Fátima Bosch, representando a México, en la edición del certamen Miss Universe 2025 en Tailandia donde fue públicamente reprendida por un directivo del certamen se transformó en una poderosa demostración de sororidad y aprendizaje colectivo. 

Primero, el episodio evidenció que cuando una mujer decide alzar la voz por sí misma, como Bosch lo hizo al manifestar que “esta plataforma es para nuestra voz, nadie podrá callarnos”, esa decisión se convierte en un acto de liderazgo que puede resonar más allá del escenario individual.

Lo que ocurrió no fue solo una afrenta hacia una concursante, sino una invitación para que quienes nos identificamos con sus valores, empoderamiento, dignidad, respeto, respondamos con apoyo y acompañamiento. 

En segundo lugar, la reacción inmediata de las otras participantes, al levantarse en bloque y abandonar el recinto junto a la delegada de México, representó un momento de unión auténtica: la sororidad no solo como ideal, sino como acción concreta ante una situación injusta.

Diversas concursantes, incluyendo a la vencedora anterior del certamen, salieron del lugar en señal de respaldo. Esa respuesta conjunta nos recuerda que cuando una mujer es vulnerada, la vulnerabilidad de una puede implicar la de muchas; y la sororidad reside en reconocer esa conexión y responder juntas. 

Tercero, de este evento podemos extraer aprendizajes para cualquier contexto en el que las mujeres operan: 

  • El valor de la voz: Al alzar la voz, Bosch mostró que el protagonismo no es solo cuestión de ser vista, sino de ser escuchada y respetada. 
  • El poder del respaldo colectivo: Las compañeras actuaron como comunidad, reforzando que la sororidad no es pasiva, sino activa; es estar ahí, levantar la mirada, extender la mano. 
  • La visibilidad de principios: En un entorno tan competitivo, quedar de pie por dignidad es una elección potente. Esa elección inspira y refuerza que estar “en la pasarela” puede significar también hacer una declaración de valores. 
  • Transformar la crisis en impulso: Lo que originalmente fue un episodio de humillación se transformó en un momento de empoderamiento, de visibilidad, de solidaridad. Esa transformación es un aprendizaje para todas: cuando se presenta una injusticia, responder puede convertirse en catalizador de cambio.

Este suceso también abre reflexión sobre los entornos donde las mujeres se mueven: la sororidad no surge espontáneamente, sino cuando hay conciencia, reconocimiento y decisión de actuarY cuando esa acción se convierte en imán para otras mujeres, se genera un círculo de fuerza que trasciende el instante.

Lo vivido en Tailandia nos deja una lección auténtica: cuando una mujer dice “basta”, y otras la acogen, juntas construyen un espacio en el que la dignidad y la voz propia se vuelven faros para muchas más.

Para más información: X e Instagram: @claravillarreal 

contacto@claravillarreal.com

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