“Quieren que le vaya mal a México”
La indignación ante una tragedia es natural y necesaria.
Este domingo 28 de diciembre sucedió una tragedia más en nuestro país, el Tren Interoceánico, donde viajaban 241 pasajeros y 9 trabajadores de la tripulación se descarriló. A las 5:44 pm, la Marina informó en “X” que 13 personas murieron y 98 resultaron lesionadas, 36 de las cuales fueron hospitalizadas.
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La indignación ante una tragedia así es natural y necesaria.
Lucrar políticamente con la tragedia es otra cosa y creo necesario señalar la distinción.
No es lo mismo que la ciudadanía publique comentarios en redes sociales mostrando su descontento, a ver a figuras como Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, o comunicadores de oposición como Manuel López San Martín (sometido a la línea que Salinas Pliego mande), soltando reclamos.
Unas publicaciones son consecuencia lógica del pueblo inconforme, otros “tuits” por el contrario, buscan simplemente manchar con fines lucrativos.
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Por la distinción previamente mencionada, me provoca fastidio ver que la respuesta retórica de tantxs comunicadores, periodistas y simpatizantes de la 4T ante la indignación por esta tragedia, una vez más, es: “se quejan porque quieren que le vaya mal a México”.
Esta frase se ha convertido en la carta recurrente utilizada para intentar minimizar el enojo tan válido y lógico, que, claro, expresan personajes repudiables de la oposición, pero que también viene de forma honesta de tantos rincones de nuestro tejido social.
Que yo exija justicia y muestre mi descontento no significa que busco el mal para mi país. De hecho, contraargumentar es sencillo: tan quiero que le vaya bien a México que activamente decido alzar la voz.
Al fin y al cabo, una sociedad entumecida ante las tragedias ya no exige cambios para bien y mucho menos podría esperarlos.
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