
En una pequeña comunidad costera donde la naturaleza y la industria conviven de manera sorprendente, existe un paraíso rosa.
En una pequeña comunidad costera donde la naturaleza y la industria conviven de manera sorprendente, existe un paraíso rosa.
La sal de Guerrero Negro, producida en la salinera más grande del mundo, sostiene la economía local de Baja California Sur.
En este rincón del norte de Baja California Sur, las charcas salinas no solo producen toneladas de sal: también calientan el aire a su alrededor.