¿Por qué la Iglesia del Santuario se considera un espacio histórico en Ciudad Victoria?
El Santuario de la Virgen de Guadalupe es testigo de leyendas, devoción y arquitectura que marcan la identidad victorense

En lo alto de la histórica Loma del Muerto, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe se alza con su estilo neoclásico y sus dos torres gemelas, reflejo de la fe y el orgullo de Ciudad Victoria. Construido entre 1896 y 1927 gracias al impulso de la Iglesia y donaciones locales, este templo es único en la ciudad por su planta en cruz latina y la imponente escalinata que abraza su entrada.
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Su entrada principal recibe a los visitantes con una Virgen de Guadalupe en bronce policromado, montada sobre un pedestal que también es fuente, dando la bienvenida tanto a fieles como a turistas desde su mirador natural.
¿Cuál es la historia y el origen de este emblemático espacio histórico?
La leyenda cuenta que el lugar donde se asienta el Santuario, conocido originariamente como la Loma del Muerto, recibió ese nombre tras el hallazgo de un cadáver en tiempos anteriores.
En 1896, el tercer obispo de Tamaulipas, Filemón Fierro Terán, impulsó su construcción como desagravio tras la controversia generada por su predecesor, el primer obispo Eduardo Sánchez Camacho, quien cuestionó la veracidad de las apariciones marianas.
Las obras comenzaron sobre ese terreno donado por Pedro Sosa Miranda, un benefactor cuyo nombre se conserva en una placa a la entrada. Se utilizó sillar extraído del mismo cerro y materiales locales, lo que refuerza el vínculo con la comunidad. El templo se inauguró en 1927 y posteriormente se añadieron la rampa en 1956 y la emblemática escalinata en 1992.
¿Qué elementos arquitectónicos y artísticos destacan en este templo?
De estilo neoclásico popular, el Santuario se distingue por sus dos torres: la sur aloja el campanario y la norte un reloj donado en 1910, proveniente del antiguo templo del Sagrado Corazón.
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Su portada muestra columnas corintias y un arco de medio punto, mientras el interior conserva un techo de madera y un coro de sillar. No posee cúpula, pero su planta en cruz latina y el uso de materiales locales hacen de esta edificación un ícono distintivo.
¿Por qué sigue siendo importante este espacio histórico para la comunidad?
Cada 12 de diciembre, miles de victorenses se congregan en su explanada-mirador para rendir homenaje a su patrona. La celebración incluye verbena popular, danza de matachines y fuegos artificiales, transformando el lugar en un símbolo de identidad y unión regional.
Además, su mirador ofrece vistas panorámicas de la capital, convirtiéndolo en un atractivo cultural y turístico.
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Aunque en años recientes se ha solicitado una restauración mayor debido a la presencia de murciélagos y deterioro en muros y techos, el Santuario permanece como un llamado de la memoria colectiva y el patrimonio arquitectónico victorense. Para llevar a cabo los trabajos se requiere apoyo institucional y autorización del INAH.