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¿Autodiagnósticos en TikTok? La peligrosa tendencia de los influencers de salud

Si crees que los influencers de salud mental están ayudando, piénsalo. Lo que parece un buen mensaje esconde una realidad alarmante: autodiagnósticos, desinformación y un negocio que crece sin freno.

Por: Reynol González

CIUDAD DE MÉXICO, México.- En una era dominada por las redes sociales, temas complejos como la salud mental han encontrado un inesperado espacio de visibilidad. Mientras hace unas décadas era un tabú hablar abiertamente de trastornos como la depresión, hoy en día es frecuente encontrar publicaciones, videos y memes que abordan el tema, generando un sinfín de reacciones. Sin embargo, no todos estos contenidos son informativos ni realizados por profesionales, lo que ha llevado a algunos expertos a cuestionar si se está llevando la conversación en el camino correcto.

Trivialización del contenido viral

Beatriz López, una valenciana de 47 años, ha convivido con la depresión por más de 30 años. Hoy, observa con preocupación cómo las redes sociales tratan de manera superficial un problema tan serio. Para ella, el contenido viral sobre salud mental muchas veces trivializa o incluso 'romantiza' enfermedades como la suya. “Se habla más, pero no mejor”, dice con contundencia. Además, señala que lo que realmente se necesita no son más influencers hablando del tema, sino psiquiatras capacitados que puedan ofrecer ayuda real a los pacientes.

Falta de acceso a psicólogos en España

Las cifras no mienten. En México, tres de cada 10 personas en México padecen, al menos una vez en su vida, problemas de salud mental y, dentro de este grupo, 60% no recibe un tratamiento. Dentro de esta porción, el IMSS sitúa en 'más de 60%' la cantidad de personas que 'no reciben tratamiento'. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) advierte de que, según datos de la Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) de 2017, el 32.5% de los integrantes de 12 años y más se han sentido deprimidos alguna vez en su vida y un 66.9% lo sienten 'algunas veces al año'. Aunque plataformas como TikTok acumulan millones de vistas en videos bajo la etiqueta #mentalhealth, muchos de estos carecen de rigor y están más enfocados en atraer “likes” que en ofrecer soluciones.

Algunos creadores de contenido han encontrado un nicho lucrativo al hablar de temas tan sensibles como la ansiedad o la depresión, pero la falta de formación profesional de muchos de ellos ha llevado a situaciones peligrosas. Influencers como Issey Moloney y Borja Hiriart, con millones de seguidores, presentan síntomas de trastornos mentales en videos que a menudo son simplificaciones extremas de realidades mucho más complejas. Esto ha provocado que muchos jóvenes se autodiagnostiquen erróneamente, contribuyendo al problema en lugar de ofrecer una solución.

Luis Muiño, psicoterapeuta y divulgador, alerta sobre el fenómeno: 'Hablar de salud mental está de moda, pero la velocidad con la que se trata el tema en plataformas como TikTok puede ser contraproducente'. La presión por generar contenido constantemente lleva a estos creadores a tocar temas delicados sin el tiempo ni la profundidad necesaria para tratarlos de manera adecuada. Además, las redes sociales, diseñadas para premiar la interacción, fomentan la viralidad de este tipo de contenido, sin importar su precisión.

La psicóloga María Palau coincide en que, aunque visibilizar estos problemas es positivo, la manera en la que se hace puede llevar a consecuencias graves. “El riesgo está en que los usuarios busquen soluciones rápidas y sencillas a problemas que requieren intervención profesional”, señala Palau. La sobreexposición a contenidos que trivializan los síntomas puede generar un aumento en los autodiagnósticos erróneos, dejando a muchos sin la atención médica adecuada.

Por otro lado, algunos creadores como Óscar Alonso, más conocido como 72 kilos, tratan de manejar esta situación con ética. Alonso, que comenzó su carrera en redes hablando sobre su proceso personal, es consciente de la influencia que puede tener en sus seguidores. Sin embargo, aclara que no pretende ser terapeuta de nadie y que sus ilustraciones son simplemente su experiencia personal.

El fenómeno de convertir la salud mental en contenido viral refleja una tendencia global. En la música, por ejemplo, las referencias a trastornos mentales han aumentado notablemente en los últimos años. Según un estudio, álbumes como 808s & Heartbreak de Kanye West marcaron un antes y un después en la normalización de temas como la depresión. Mientras tanto, la literatura y los pódcasts sobre trauma y salud mental también han proliferado.

El psicólogo Scott Lyons advierte sobre el peligro de la “economía de la atención”, donde el drama y la exageración emocional son recompensados con interacciones en redes sociales. En su libro Addicted to Drama, Lyons señala que este fenómeno puede llevar a que personas vulnerables busquen validación en estos espacios, perpetuando sus problemas en lugar de solucionarlos.

Si bien hablar abiertamente sobre la salud mental puede ayudar a reducir el estigma, el enfoque superficial y comercial que a menudo adoptan algunos influencers puede ser perjudicial. Mientras el acceso a psicólogos y psiquiatras sigue siendo limitado, la sociedad deberá navegar con cuidado este nuevo terreno donde la salud mental se ha vuelto un tema de conversación, pero también una fuente de entretenimiento y negocio.

La clave está en encontrar un equilibrio. Las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para la concienciación, pero deben manejarse con responsabilidad. Para que la conversación sea verdaderamente útil, debe ir acompañada de información veraz y accesible, sin caer en la trivialización de problemas tan profundos y personales como la depresión.