5 platillos del Janal Pixán que todo yucateco debe conocer y probar este Día de Muertos
Conoce los cinco manjares tradicionales que honran a los difuntos y mantienen viva la tradición del Janal Pixan.

El aroma a incienso, las flores de cempasúchil y las velas encendidas anuncian la llegada del Janal Pixan, la festividad maya que honra a los difuntos con lo que más amaban: la comida.
Aunque esta celebración tiene un profundo sentido espiritual, también es una fiesta para los sentidos. Y es que, más allá del recuerdo, cada platillo típico del Día de Muertos es una forma de mantener vivas las tradiciones, los sabores y la memoria de quienes ya partieron.
Si este año vas a poner tu primer altar o quieres renovarlo con un toque muy yucateco, aquí te contamos cuáles son los 5 platillos que no pueden faltar en tu ofrenda del Janal Pixan.
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¿Por qué los tamales son infaltables en el Día de Muertos?
Los tamales son un clásico de la gastronomía mexicana y uno de los protagonistas del Día de Muertos. Su base de maíz es considerado alimento sagrado por las culturas prehispánicas los convierte en un símbolo de vida y conexión con los antepasados.
Durante el Janal Pixan, muchas familias los colocan en los altares o los preparan para compartir con amigos y vecinos. Su versatilidad es infinita:
- Rellenos de carne de res, pollo o cerdo
- Picosos o dulces
- De caminito
- Chaya
- Envueltos en hojas de maíz o plátano
Esto ya depende del tamal tradicional de casa o en su defecto, los que eran favoritos de los finados.
¿Qué hace tan especial al mucbipollo en Yucatán?
Si hay un platillo que define al Janal Pixan, ese es el mucbipollo, este es también conocido como mukbil pollo, este platillo es muy favorito y cuando llega la temporada todos los yucatecos ansiamos probar este manjar horneado bajo tierra.
Este tamal gigante, relleno de pollo, pavo, puerco o res, se mezcla con kol, que le da su sabor inconfundible. Prepararlo es casi un ritual familiar, todos participan, desde amasar la masa hasta desenterrar el mucbipollo listo para ofrendar.
¿Qué representa el pan de muerto y su versión yucateca?
El pan de muerto es probablemente el símbolo más reconocido del Día de Muertos en todo México. En Yucatán, este clásico adopta un giro delicioso: el pan de muerto con queso de bola, una fusión que combina lo mejor de la panadería mexicana con el sabor salado del queso edam.
Puedes encontrarlo azucarado, con ajonjolí o relleno, tanto en panaderías locales como en restaurantes. Su forma redonda representa el ciclo de la vida y la muerte, y sus huesitos de masa simbolizan a los difuntos que regresan a visitar a sus seres queridos.
¿Por qué el atole es la bebida perfecta para esta festividad?
El atole es mucho más que una bebida caliente; es una tradición ancestral que acompaña los momentos más importantes del calendario mexicano.
Elaborado a base de maíz, su textura espesa y su dulzura natural lo convierten en el acompañamiento ideal para los platillos del Janal Pixan y un imperdible en tu ofrenda.

Se endulza con piloncillo, canela o miel, y en la actualidad también se disfruta en versiones modernas, aunque es especialmente ofrendado para los niños, un abrazo dulce a su visita.
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¿Cuál es el significado del dulce de calabaza en el altar?
El dulce de calabaza, conocido en Yucatán como calabaza en tacha, es el postre estrella del Día de Muertos. Su dulzor, color y aroma evocan la calidez de los hogares durante esta temporada.
Se prepara con calabaza de castilla cocida en piloncillo, canela y guayaba, lo que da como resultado un jarabe espeso y fragante. Tradicionalmente se coloca en jarrones de barro sobre el altar, como símbolo de abundancia y agradecimiento.

Janal Pixan: la tradición más significativa de los yucatecos
El Janal Pixan, que en lengua maya significa “comida de las almas”, va más allá de una simple celebración. Es un momento en que el mundo de los vivos y el de los muertos se unen a través del aroma de la comida.
En la cosmovisión maya, las ánimas —o pixanes— regresan desde el más allá para convivir unos días con sus seres queridos. Por eso, cada plato preparado con amor es una invitación al reencuentro.
Cocinar, compartir y ofrendar se convierten así en un acto de memoria, respeto y cariño que trasciende generaciones.
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